miércoles, 24 de septiembre de 2008

NOVÍSIMA POESÍA ECUATORIANA por Freddy Ayala Plazarte (PRIMERA PARTE)


En esta primera entrega de Premonicion a las Puertas encontraremos a 8 autores antologados, portada de sus libros y un texto.


PREMONOCIÓN A LAS PUERTAS 1

Oswaldo Calisto Rivera-CACHIBACHE
(1979-2000)

I
En cada cuerno se presentan los extraños pobladores tamboriteros
con paleta de traducido yesoso
breviviente bajo gasas y media tonelada de esterilidad metafísica.
El verano ve acercarse una franja de nieve
sobre el retrete heredero, infantes repletando la posada
hormonal y blanca
hablad en lenguas, dirlmid la dulce canción de una pollina
mientras enloquece.
Flácidas historietas en frente del ácido aliento
confrontando el ceño y sorpresa de sus víctimas ilegales ternura, aquella sonrisa novata ha de helar en una brazada sobre el curvo maremoto de la tina, algas sementaIes.

JUAN JOSÉ RODRIGUEZ
(Ambato, 1979)

( De cenizas en la roca)
MIRADA EN LA NOCHE SERENA

La herida abandonada inventa un ojo ardiente

donde penetra húmedo el silencio del pájaro

a mirar las esquinas sin voces materiales.

Su cuerpo de los óxidos pulveriza la savia

por siempre contenida de cereales de luz.

Descompone sus hojas, mecidas por el tiempo

Así. Así como del llanto, el árbol ocupado.

Jamás veré vencido el cuerpo de aquel pájaro

y nunca habrá un combate, pues el dos es misterio

Hoy el ojo que mira es el ojo del canto.


CARLOS LUIS ORTIZ

(Alausí, 1979)

(De Nosotros)

V

A la infancia he regresado para evadir mis sombras,

alguien me miraba siempre desde un balcón

de magos y brujas tristes,

cuando las calles tramaban la ilusión del laberinto

y niñas de trenzas con manos de canela me amaban.

Entonces sin rencor acariciaban mi cabeza

y bebía de las cascadas para ser eterno.


JUAN CARLOS ASTUDILLO

(Cuenca, 1979)

(De Desprecio)

II

tan cargados de vacío y soledad que a su claustro deberían

anexarles un sepulcro de oro

y pintarles en ausencia una hipócrita sonrisa nacarada...

sin esperanza, o despreciándola por "humanos"

desfilan impacientes por la vereda del fuego sin sentir

el calor que emana y purifica el alma...

—sombras...

sólo,

imagino esa aldea y de regreso,me consagro a las ideas...a los sueños...


AUGUSTO RODRÍGUEZ

(Guayaquil, 1979)


(El beso de los dementes)

IV

Hoy rezo por la sangre de mi sangre, la carne de mi carne, que descansa en la bóveda familiar hasta el día del juicio. Espero la visita de un ángel perdido que galope en mi cráneo e intente descifrar los misterios de mi vida, antes que sea tarde. Me interesa descubrir la luz de las cosas simples, que también amó mi padre antes de la cosecha y del diluvio; descubrir su herencia fosforescente en este día cálido de invierno, donde llueve y la ciudad parece una construc­ción hecha por niños tristes que intentan decapitar los techos de los lugares donde alguna vez fui feliz. Con mis manos trato de esculpir a mi padre, regresarlo del largo viaje donde la felicidad sigue siendo una luz que atraviesa los cristales y nos deleita con su coito de estrellas. En algún lugar de estas calles mi padre me espera: los brazos abiertos, su sonrisa cálida, un latido de caballo azul, sus dedos tristes, dispuestos a acariciarme; me esperará con dos copas de vino servidas para beber nuestra sangre y recordar el origen de la selva interior. El abrazo será como una manada de pájaros en dirección al sur, y la fábula de nuestras pieles, la única garantía de no volvernos locos en este desierto.


CHRISTIAN ARTEAGA

(Quito, 1979)


(De Declaraciones)

Cuestión del método

Tantas veces he insistido

en lo calcáreo y expelido

en una gama de variaciones

hallado en ciernes

Y otras tantas en lo fósil

no recordado

en los ocultos frisos del reloj

o tal vez en un faccioso

temblor del omoplato

de las rizomas

entonces pienso

siento pregunto

¿cómo se escribe un poema?


ROCIO SORIA

(Quito, 1979)


CUERPO

Dentro no hay más que el hedor

no hay más que una bandeja de arañas blancas,

secas y polimorfas

quietas sobre el vagón.

Su gesto suspendido, golpeado.

Sus tres bocas moradas hundidas en el cráneo

guardan la solemnidad de las fotos.

(cuerpo)


JOHANNA LÓPEZ SANTOS

(Quito, 1979)

(De Lure-Revivals)
QUERELLA

Te veo morir

con tus ojos secos

como hoja jodida…vacilante en otoño,

sólo te estremecenlos albores de la espera,

como tú ¡nadie!,

hondo como profundo es el mar,

sin embargo sigues ahí –AHÍ!-

esperando que vuelva

lo que no volverá…..

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