sábado, 27 de febrero de 2010

EL LIBRO "ISADORA" DE ROCÍO SORIA



LA ESCRITORA ROCÍO SORIA HIZO EL LANZAMIENTO DE SU LIBRO: "ISADORA" EL 18 DE FEBRERO EN EL SALÓN AGUSTÍN CUEVA DEL MIN. DE CULTURA DEL ECUADOR. PONEMOS A CONSIDERACIÓN DE NUESTROS SEGUIDORES EL PRÓLOGO DE ESTE LIBRO QUE GENTILMENTE NOS HA ENVIADO SU AUTORA. ÉXITOS Y FELICITACIONES LE DESEA LA.KBZUHELA A LA POETA QUITEÑA, EN ESTA NUEVA PROPUESTA LITERARIA .

ROCÍO SORIA




ISADORA, O LOS RITMOS DE LA PALABRA

Luis Carlos Mussó





Los tiempos que corren demuestran la presencia precaria de la convivencia humana, pero en ellos precisamente pueden tener espacio los hallazgos y las rutas más nuevas, que sustituyen a las nuevas, y a veces terminan en los eternos ciclos de muertes y renaceres. Quiero decir que las incursiones de la palabra poética no solo que admiten nuevos rumbos en estos momentos y en el devenir, sino que los exigen. La poesía crítica, necesaria en estos tiempos críticos, adviene y se hace espacio.

La propuesta de Isadora (última entrega de Rocío Soria, Ediciones del Conesup, 2009) nos coloca ante una tríada que se abre y juega a brindar y escamotear su sentido. Arrancan las dos primeras partes con un enunciado que demuestra atributos de Isadora, y la tercera (“El hombre amado”), con una relación de hechos. Estas entradas a sendas partes del poemario están entre los segmentos más sonoros del libro: una apuesta por la economía del lenguaje, y un apelar a la musicalidad que golpea el oído del lector. Ya en los textos con que nos hallamos tras sortear la primera invocación, parecen inclinarse por afincarse en la idea de que el despojo y el abandono propio son el mejor acicate para emprender la exploración poética. “Isadora bellamorte/ hay un dejo de angustia en las partidas”. Este miedo es el temor de la tribu, pues, atávico como se presenta, hace temblar los pasos de la comunidad, del individuo.

PRIMERA PARTE

Isadora deviene otros estadios de su sustancia que van eslabonando, a través de sus metáforas, una dilatada alegoría que cubre no solo esta parte del libro: puede llegar a ser corazón, niña solitaria, réquiem de Mozart, danza macabra de Saint-Saëns, música adusta, y un largo etcétera en este recorrido de intrincados recodos sonoros. Y parecería que la voz mirara a través del velo del dolor, y que éste le disputa su vaho a la melancolía. Se reconoce, muy pronto, que en todo nacimiento hay una fuerte dosis de trauma, pero hay en el vientre de Isadora “templo sepulcro de los dioses”, haciendo posible, otra vez, un de ciclo de ires y venires (o de nacimientos y muertes). La escritura aprehende el mundo y puede tornar incluso al cuerpo y sus espacios en lugares que ofrecen -y escamotean al mismo tiempo- oportunidades al sentido.

Si llamamos multitud al colectivo destinatario del texto -como hace W. Benjamin-, notaremos que por mucho que se haga por poner distancia con esos otros, la voz lírica está sujeta a su relación con el mundo, sea agitado o se relaje como la línea del horizonte (e incluso así, trasponer dicha línea nos enfrenta al ámbito del misterio).

Los versos de este libro nos hacen admitir la importancia de la memoria, y a veces se muestran a favor y en contra de ella; “el recuerdo es el vicio de los solos”, afirma la voz, para más adelante sentenciar que no es suficiente la hora del estertor, pues están los recuerdos. O sea, la soledad como patrimonio del espíritu, y a su vez la mirada colectiva, donde el estertor es posible. El temor aludido es el miedo que viene de generaciones, aquel que representa los temores de la tribu. Y, en parte, el despojo: abandonarse a la música es importante para el yo poético, sepultar los tiempos anteriores, buscar los nuevos: “las frutas bajo la tierra enmudecen,/ sus hilos,/ sus decúbitos,/ sus úlceras,/ sus azucenas,/ sus trances casuales…”

Más adelante, la escritura es movimiento, agitación de las voces, “aguja errante en el quicio del cuerpo”, donde la mano anuncia el trazado del tiempo y de las individualidades. La sangre que subyace en dichas manos expresa, grita y se declara impúdica, pero ¿qué voz poética no lo resulta serlo?

Los grandes discursos (los dioses) pueden llegar a acoger a la voz, pero muy pronto se nota una incomodidad: “como si la noche fuera una rata ciega”. ¿Qué deja el silencio tras su paso?, los restos de la imperfección que nos enfrentan a un réquiem general por la inocencia. Y una de las posibilidades de lucha es la de los hijos nonatos (tales pueden ser también poemas no vertidos sobre el papel, o las palabras no pronunciadas). La muerte, así, cobra dimensiones distintas, vestida por la palabra de esta voz: “…todas son insignificancias ante el dolor de vivir./ Isadora la sangre en el filo del lienzo,/ el agua al borde de la asfixia”.

Soria sabe que “su voz se ha roto por dentro”, como debe ser. La conciencia de la demolición del discurso se produce como resultado de una proyección de la interioridad del sujeto luego de re-elaborar en su esencia los elementos de fuera. La imago surge como respuesta para ensamblar el esquema de la experiencia de aquel yo. “Toda búsqueda es recurrente”, sentencia la voz y parecería que, en efecto, la búsqueda es más deseada que el acierto o el hallazgo:
hojeo el libro por una señal tuya
por una señal cierta
convencido aún de los pretextos
de los candores de las búsquedas


Nadie puede ocultarse de su propósito final, porque “todo escondite es nulo”, y surge el despojo de uno mismo, el abandonar/se como fórmula para continuar bregando. Si bien presenciamos un tono melancólico, éste toma por momentos una violencia inusitada, donde las imágenes parecen burilarse con brillo propio:
Mi corazón es un fardo de huesos rotos
de flores rotas
de mariposas esquiladas


SEGUNDA PARTE

Asistimos a una gradación que va del dolor al gozo, en ida y retorno. Y aparece el hombre amado, que se erige fuerte pero al mismo tiempo inmerso en repetidos tanteos, pues “ensaya desde el dolor sobre el charco”, y también “escribe en la oscuridad si acaso/ es un modo deliberado de entumecerse/ de hacerse el dormido/ o de vigilar”.

Por otro lado, Isadora, ahora devenida demonionoche y demoniohembra, “posee este cuerpo de cuchillas,/ cuerpo súbito/ cuerpo de abismos/ cuerpo austero”; y aquí hay indicios de esa austeridad que equivale a sobriedad y sencillez, pero que al mismo tiempo se comunica con la adusta música que cruza el libro.

La musicalidad subyace nuevamente, esta vez como cantos: “el hombre amado es un coro de demonios/ un morral de quejas ahora”. No hay seguridad, sino un concierto de dudas, de preguntas que se formula la voz en su búsqueda de las vías para seguir pronunciándose: “el hombre amado/ qué culpa expía,/ qué oscuridad,/ qué palabra,/ qué adioses respira por los garfios”. Los ritmos que la repetición otorga al tono general del poemario encierran acordes similares a los de una campana que repica a muerto, o a su paralelo en el metro clásico, que es el verso de pie quebrado.

Isadora, “niña de niebla”, no solamente es el pre/texto y el con/texto de estas repeticiones rítmicas, sino que es el lugar donde las alimañas prosperan: “alacranes ruedan por su boca// un ciempiés brota por su cornete derecho// renacuajos ruedan por su boca…” Las ceremoniosas alimañas del placer y de la rutina de la maldición.

El amor no se anuncia de cualquier clase, sino como uno capaz de afincarse en la ceguera que profesa Isadora, que avanza pautando los tiempos del silencio, marcándolo como un espacio distinto; ”en un silencio total parecido al del amor”. Por tanto, la perfección se vierte únicamente cercana al absoluto, al silencio total.

Lo residual resulta importante a estas alturas, pues equivale a los remanentes del uno en el otro, hablando de los seres y al resultado de la edificación de esos puentes que nos comunican a todos. Las voces se trenzan hasta influirse y lo residual se vuelca en las páginas, pues queda claro que también hay algo en la voz que viene de un espacio vecino; algo del otro en la voz propia, y viceversa:

Tal vez quede algún postema de ti incrustado todavía,
alguna fiebre por abrir,
alguna cáscara pendiente,
algún sangrado en los hilos sublinguales
de mi alma


La dualidad dolor-placer se muestra en la música: “dolor…/ entre los puntos exactos para la sonrisa o para el orgasmo”. La mínima muerte puede equivaler también a denostar la palabra propia: “Isadora/ termino este texto de mierda/ de rodillas,/ con la cara en la tierra,/ en franco alarido,/ dolor casa de magias,/ lascivia del tiempo”. Y en este proceso hay una crítica que desciende sobre el propio discurso. Es como si a esta voz le asistiera una legitimidad para poder destruir los discursos ajenos, ya que lo hace con el que emana de sí.


EL HOMBRE AMADO

La voz sabe que los caminos a transitar en la poesía son peligrosos (“ la alfombra está llena de agujas”). Y que aunque pretenda no avanzar, la consigna es distinta, para darle cabida a esta herida interminable que es la palabra lírica (“Finge un descuido para que cuchilla siga hasta el final”). Ese final es el inicio, lo que nos lleva nuevamente a un ciclo sin fin. Los avisos para no transitar la parafernalia de la nada y el vacío están allí, claramente:

El miedo arrojó títeres ágiles y acróbatas perfectos
por todos los órganos del hombre,
por todos sus tubos,
por todos sus conductos;
a veces los expulsaba fogosamente,
otras, simplemente los salivaba
erecciones dolorosas,
eyaculaciones contritas.


El hombre amado resulta propicio para una nueva serie de metáforas, una alegoría que recorre de pe a pa al otro; así, el hombre amado es desde calle de siete cruces, hasta carcajada de gotas rojas. Pero en el camino, es cuerpo de incontables nudos y demuestra la eternidad del dolor interminable, que hace que la muerte no llegue. El hombre amado se halla ante la inminencia del prodigio que es la palabra poética (“Poesía de demanda solitaria,/ ruego,/ inquisición,); pero la intensidad adviene de cada elemento de los alrededores, desde “las vulgaridades de los periódicos” hasta el “ritual de alcoba”.

La fantasía, el descubrimiento, propician una constante búsqueda (“nombra objetos desconocidos,/ palabras inexistentes…”), pero me parece que la clave de las intenciones está en reconocer que “las orillas de sus recuerdos son de una escritura indefinida”. El despojo, lo residual, apuntalando las fuerzas para enfrentar la escritura, “pero la pérdida de continuidad en los objetos/ hace que todo le sea desconocido…”. Entonces, afuera están el mundo y su bullicio. Encapsulado en su mundo, el yo poético descubre que, paradójicamente, el lugar mejor para la palabra está en los intersticios.

En Isadora parece no haber lugar para las salidas fáciles. El fondo de los espejos, que suele funcionar en las letras como trampa, aquí “no es un recurso válido”; como no lo es el de las puertas abiertas, ni el respiro profundo. El hombre amado puede ser sujeto de contemplación (“hombre de personaje intenso,/ hombre real,// templo de palabra muerte”). Como cuando se encuentra desvalido, es sujeto de ternura (“un día le hallé hablando con sus manos/ solo/ desnudo”).

Los movimientos son de cuidado, porque cuando se dan en falso, “son inveteradas rutinas”. Asimismo, el momento circular se abre en abanico a las aspas de “morir o engullir”. Surge la pregunta del porqué de la muerte, de las muertes (tácitas, completas, semiinconscientes, perennes, las que quedan”).

EPÍLOGO(S)

Las voces en italiano repartidas y salpicadas en el libro hacen que haya ecos de comunicación entre elementos de distinta índole (ganando evanescencia y poder de sugestión en las asperezas que se logran eslabonando las lenguas). El oxímoron cuerpo nada nos enfrenta a los esfuerzos por constatar los límites entre el todo y el vacío. El silencio se anuncia (“Todo final tiene pájaros entre las aspas del ventilador”) y cuando se emplaza (“Todo está frío y rígido ahora”) se instala a la vez entre la infinitud y finitud de los seres. La invocación (al vacío, a la nada, al silencio) es el vértigo ante el abismo. Quizá la conciencia de la finitud es un paso hacia un saber que se construye paso a paso.

El recorrido que el lector hará cuando lea Isadora no es, en ningún caso, uno que deba enfrentar con disposición neutra. Pues, aunque sus iniciales pasos sean de búsqueda de certezas, pronto caerá en la cuenta de que el quid de la palabra lírica no en éstas sino en aquellas. Por tanto, este poemario nos impele a acompañar a Rocío Soria en su misión de seleccionar y recoger los materiales aprovechables entre los escombros que la modernidad ha dejado a su paso en nuestros espíritus y en nuestros cuerpos. Somos, con la voz que lo impulsa, tropa de cazadores que corre el monte para hallar o levantar el sentido. Es nuestro trabajo desde ahora.

Guayaquil, febrero de 2010

martes, 16 de febrero de 2010

VIRGINIA WOOLF-BIOGRAFÍA (Primera parte de Virginia Woolf)

ESTE ESPACIO LO DEDICAMOS A VIRGINIA WOOLF COMO UN HOMENAJE A SU TRAYECTORIA LITERARIA. ESTAREMOS COLOCANDO INFORMACIÓN ACERCA DE SU VIDA, OBRA, ANÉCDOTAS, FOTOS Y CURIOSIDADES QUE RODEARON A ESTA GRAN ESCRITORA INGLESA DE FINALES DEL SIGLO XIX.

PRIMERA PARTE

VIRGINIA WOOLF
(Londres 25 de enero de 1882-Lewes,-Sussex, 28 de marzo de 1941)

Julia Stephen con Virginia -1884
FOTO EXTRAÍDA DE http://www.flickr.com/

Adeline Virginia Stephen nació el día 25 de enero de 1882, en el 22 de Hyde Park Gate, Kensington, Londres. Era hija de Sir Leslie Stephen biógrafo y filósofo y fundador del Dictionary of National Biography su madre Julia viuda de Herbert Duckworth y sobrina de la fotógrafa pionera Julia Margaret Cameron, fue la segunda esposa de Sir Leslie Stephen.



Sir Leslie Stephen única foto en la que figura sin barba.
FOTO EXTRAÍDA DE http://www.flickr.com/



Julia Jackson (soltera)-1867 por Julia Margaret Cameron

FOTO EXTRAÍDA DE http://www.flickr.com/

Julia Duckworth (viuda de Herbert Duckworth)
FOTO EXTRAÍDA DE
http://www.flickr.com/


El matrimonio tendría cuatro hijos: Vanessa Stephen (1879-1961), Julian Thoby Stephen (1880-1906), Adeline Virginia Stephen (1882-1941) y Adrian Leslie Stephen (1883-1948), que la llamaban afectuosamente, "la cabra".

1ra. fila, Vanessa, Adrian, Virginia y Thoby
fila posterior - Julia Stephens (mamá) Herbert y George Duckworth (hijos de su matrimonio anterior)
FOTO EXTRAÍDA DE
http://www.flickr.com/

Muy de moda por entonces entre la alta sociedad victoriana, la pareja decidió que sus hijos recibieron la educación en casa, mediante tutores, por lo que la misma resultó muy desigual, pues se supone, según las costumbres y modos, continuos cambios en los profesores y zigzags en los métodos de enseñanza y en la adquisición de conocimientos.


Julia Stephens enseñando a sus hijos, Adrian, Vanessa, Virginia & Thoby (de izq a der)
FOTO EXTRAÍDA DE
http://www.flickr.com/


Virginia Stephen creció rodeada de un ambiente literario y cultísimo. Su padre poseía una amplia biblioteca y cuando ella cumplió los dieciséis años por fin pudo entrar sola en aquel recinto consagrado a la lectura y dedicarse a explorar todo lo que deseara, lo que supondría un verdadero lujo para una chica de la época victoriana y también una situación que le sería ampliamente provechosa para su futura condición de escritora. Empezó a leer un ejemplar tras otro: "Ginia está devorando libros, casi con más rapidez de la que yo quisiera", diría su padre, Leslie Stephen, pero, de todas formas, ella sentiría durante toda su vida que su educación había sido deficiente por razón de su sexo. Cambridge era un lugar por entonces reservado a los hombres y, por lo tanto, ellas (su hermana Vanessa y la propia Virginia) podían pasar las mañanas estudiando griego o pintura, pero las tardes se consagraban a ocupaciones más "adecuadas", como servir el té o mostrarse amables con las visitas. "Entonces ellas, las hijas, serían sacrificadas a favor de los varones."

Virginia y Adrian Stephen su hermano-1886

FOTO EXTRAÍDA DE http://www.flickr.com/


Con posterioridad, los varones fueron enviados a la Universidad de Cambridge. La otra hermana, con declarada vocación por la pintura y muy en contra de la opinión de sus progenitores, ingresó en una academia de Arte.

Virginia y Vanessa jugando

FOTO EXTRAÍDA DE http://www.flickr.com/


Virginia, que andaba delicada de salud a causa de unas fiebres de tipo reumático y desarreglos de tipo nervioso que las más de las veces desembocaban en crisis, tuvo que terminar su formación en el hogar familiar, aprovechando la extensísima biblioteca que poseía Sir Leslie. Esto la marcó para toda su vida y nunca dejó de lamentarse que a causa de ello su formación no fue lo adecuada que debería haber sido de ir a un centro académico.

Virginia de 18 años

FOTO EXTRAÍDA DE http://www.flickr.com/


La carrera de escritora de Virginia Woolf debería decirse que empezó cuando ella tenía nueve años y comenzó con un diario semanal, 'The Hyde Park Gate New' haciendo crónicas de acontecimientos familiares en su casa de Kensington y en Talland House en St. Ives, Cornwall, donde pasaban sus veranos desde 1882 hasta 1894. Entre los invitados estaban incluidos, junto a los miembros de la familia, un gran número de amigos de su padre:George Meredith, Ralph Waldo Emerson, James Russell Lowell y Henry James. En uno de sus primeros escritos se refiere a una excursión a un faro cercano, ya que: 'había una marea y viento perfectos para ir allí'.


Como Quentin Bell manifiesta en la biografía sobre su tía:' St. Ives proporcionaba un tesoro de dorado recuerdo desde el cual ella se inspiraba una y otra vez... . Cornwall fue el eden de su juventud, un paraíso inolvidable'. Fue la creación para:' Jacob's Room ', ' The Waves ' y -sobre todo - ' To the Ligthhouse ', aunque posteriormente la casa de verano de los Ramsay pasa a ser Isle of Sky. Con Mrs. Ramsay, la mujer que acoge a todos (familia y amigos), la novelista retrata a su madre.

Julia Stevens a edad madura

FOTO EXTRAÍDA DE http://www.flickr.com/

En 1895, falleció su madre de improviso y según ulteriores confesiones hechas en diferentes escritos, fue el mayor desastre que le pudo ocurrir y que marcó su vida para siempre. Georges, hijo de un primer matrimonio de su madre, cogió las riendas de la familia, trastocando su amor fraternal por una pasión morbosa y enfermiza hacia sus hermanastras. Al ser Virginia la más cercana al permanecer en el hogar, resultó la más perjudicada y estos desvaríos de su hermanastro dejó huella para toda su vida, conservando en su interior una desconfianza hacia los hombres (él continuó siendo una presencia persistente -pero llevada con paciencia- hasta que cumplió 20 años) y una mayor afectividad hacia el sexo femenino, de forma que en un futuro llegó a ser amante de la también escritora Vita Sackville West.

Vanessa Bell hermana de Virginia

FOTO EXTRAÍDA DE http://www.flickr.com/


Tras la muerte de su padre en 1904, por cáncer, y después de un intento de suicidio por ingestión de somníferos (su primero de varios intentos), se estableció con su hermana Vanessa. El domicilio familiar se muda a Gordon Square, en Bloomsbury. Este hecho cambió de forma crucial su futuro, toda vez que su hermano Thoby la convirtió en templo de reunión de antiguos compañeros suyos de Cambridge y de ideas librepensadoras. Era un grupo muy selecto que llegó a ser conocido como el grupo de Bloomsbury y en el que participaron su cuñado Bell junto con muchos otros intelectuales del entorno. Entre ellos se encontraba el escritor Leonard Wolf, con el que posteriormente contraería nupcias.

Sir Leslie Stephen a edad madura

FOTO EXTRAÍDA DE http://www.flickr.com/

También en 1904, Virginia empezó a hacer artículos y críticas regularmente en ' The Guardian ', gracias a la presentación de su amiga Violet Dickinson. Su primera crítica de ' The Son of Royal Langbrigh ', de William Dean Howells, apareció el 14 de diciembre; el artículo sobre la casa de Brönte apareció la siguiente semana. Desde los 15 años, Virginia se estuvo entrenando para convertirse en una escritora profesional, apuntando anotaciones diarias, en las cuales describía sus actividades rutinarias y a sus conocidos. Siete de estos diarios, continuo escribiendo hasta 1909, han sido publicados bajo el título 'A Passionate Apprentice '. En una de sus anotaciones últimas, ella declara que intenta con su escritura: ' alcanzar una simetría mediante la significación de las discordias infinitas, enseñando todos los vestigios del camino de una mente enferma a través del mundo ... '. En 1905, empezó a escribir críticas para ' The Times Literary Supplement ' y lo siguió haciendo el resto de su vida. A finales de ese año, ella fue , también, invitada a dar clases en Morley College (un instituto para mujeres y hombres de la clase trabajadora ), hasta 1907, enseñó literatura e historia inglesa esporádicamente.

Una vez más, en 1906, le golpeó un desastre: la muerte de Thoby (después de que realizarán un viaje a Grecia ) y, a los pocos días, Vanessa anunció su compromiso matrimonial con Clive Bell. Haciéndole frente a todo esto, Virginia y Adrian se acomodaron en una casa en Fitzroy Square.

Thoby a la edad de 24 años

FOTO EXTRAÍDA DE http://www.flickr.com/


En 1908 hizo sus primeros pinitos serios en el campo de la literatura con una obra de teatro conocida por “Melymbrosia” y que posteriormente convirtió en novela bajo el título de Fin de Viaje, hacia 1915. En 1912, cuando contaba treinta años, se casó con Leonard Woolf, economista y miembro también del grupo de Bloomsbury, con quien fundó en 1917 la célebre editorial Hogarth Press, que editó la obra de la propia Virginia y la de otros relevantes escritores, como Katherine Mansfield, T. S. Eliot o Sigmund Freud.

Virginia Woolf


Todo esto condujo a Virginia a una intensa actividad de todo tipo. En lo político, se fue introduciendo paulatinamente en la lucha a favor de los derechos civiles de las mujeres, siendo considerada como la progenitora del feminismo moderno. Todo esto sin abandonar su producción literaria con obras que alcanzaron a la par admiración y desconcierto. Relacionamos seguidamente las más destacadas: Día y noche (1919); El cuarto de Jacob (1922); La señora Dalloway (1925) en donde Woolf da cuenta gráfica de la experiencia de locura a través de las correrías de Septimus Warren Smith, quien se sumergió en las olas de la locura a través de los acontecimientos de un día de verano en London.); Al faro (1927) considerada una obra sin par y maestra; Orlando (1929); Una habitación propia (1929) alegato a favor de las mujeres escritoras; Las Olas (1931). Esta última se la considera la más audaz y ambiciosa de todas y el conjunto de ellas dejó una huella imborrable en su generación, variando de forma ostensible el rumbo tomado por la literatura inglesa de la época. Las Olas, marcó un “impasse” en su estilo de escribir, retomando estilos más pausados. No obstante, se cree que a causa de sus trastornos, su Poducción y creatividad literaria fue mermándose ostensiblemente, siendo meras recopilaciones de artículos periodísticos.

Leonard Woolf al volver de su puesto en los servicios civiles en Ceylon, se enamoró de ella y le pidió la mano en enero de 1912. Por mayo, y a pesar de sus dudas sobre su disposición para el matrimonio, aceptó (al judío sin un penique tal y como lo describe a su amiga Violet Dickinson ). ' Esta fue la decisión más sabia de su vida ', según su sobrino.



Leonard y Virginia
FOTO EXTRAÍDA DE http://www.flickr.com/

Este fue el comienzo de una relación singular a la cual Leonard Woolf dedicó toda su comprensión y devoción. En la primavera de 1913, la novela ' The Voyage Out ' fue acabada y aceptada la compañía de Gerald Duckworth. Es una novela de auto-reconocimiento, un viaje interior. De sus últimas tristezas -la súbita muerte acabando con el crecimiento de conciencia de Rachell Vinrace- tiene un toque de humor astuto, lo que llegó a ser una característica del estilo de Woolf (por ejemplo la descripción del paseo de Rachel, en compañía, en un barco rumbo a América del Sur (tal y como podrían mirar de lejos ' bultos en las jarcias. Mr. Peper con todos sus conocimientos lo habría mal interpretado como un cormorán, y entonces ... transformó en una vaca '. A través de estos pasajes, es Clarissa Dalloway la satisfacción de sí misma, una esposa de sociedad aparentemente segura quien se convierte heroína epónima de una de las novelas más importantes de Woolf. La publicación del libro le hizo sentirse excitada y enferma. Después de su lenta recuperación en Asheham (la casa de campo que ella compró en Sussex) los Woolf volvieron a su casa de London y se instalaron en Hogarth House en Richmond ( a una distancia segura de las juergas de las fiestas de Bloomsbury) donde vivieron desde 1915 hasta 1924. Críticas inteligentes en la prensa inglesa (especialmente de Forster) la ayudaron a su mejoría ; y por 1918, Virginia se puso a trabajar en ' Night and Day ' y empezó a escribir un diario en el cual escribió casi regularmente hasta pocos días antes de su muerte. Estas notas eran expontáneas escritas después del té generalmente, apuntando actividades y gentes y comentando el progreso de su escritura.

En 1917, Leonard Woolf montó una publicación propia en Hogarth House. Ambos aprendieron a usar una imprenta y, con el tiempo, dirigieron el crecimiento de una pequeña pero distinguida empresa de publicación, The Hogarth Press, siendo Leonard Woolf su director hasta su muerte.

‘ Nigth and Day ‘ está dedicado a Vanessa Bell. La heroína, una mujer joven nacida en el seno de una familia de escritores pero cuya pasión secreta son las matemáticas. Está, en parte, basada en Vanesa Bell. Se publicó por la época que los Woolfs se mudaron a otra casa de campo: Monks House, cerca de Rodmell (Sussex). En esta granja fue donde Vanesa Bell , sus hijos y su amante el pintor Duncan Grant estuvieron viviendo desde 1916. Katherine Mansfield (cuya colección de historias breves fue el segundo trabajo publicado por Hogarth Press) encontró ' Nigth and Day ': 'cultivada, distinguida y brillante ', pero demasiado intencionada (Athenaeum ) Forster, cuya opinión siempre fue especialmente valorada por Woolf, fue tambien desvaforable. Con ' Jacob's Room ', la primera gran novela publicada por Hogarth Press, Woolf comenzaría con el estilo que la caracterizó más tarde. El argumento no tiene sentido, la metáfora y el simbolismo son los sustitutos de la acción y los personajes se revelan a través de la corriente de un monólogo interior. La realidad interior, transciende por los acontecimientos externos, ya que el objetivo de Woolf fue siempre unirlos. El impresionante retrato de Jacob Flanders (un chico joven con referencias obvias a Thoby Stephen), desde su niñez hasta su fallecimiento en la guerra, está construido por unas reflexiones al azar: en su habitación, en los incidentes que revelan su caracter, en momentos con sus amigos. Muchas de las críticas posteriores, se han preguntado sobre qué trataba el libro. John Middleton Murry, según anató Woolf en su diario, estaba seguro que esta escritura sería el final de ella. El libro fue, en su totalidad, un éxito. Cuando Arnold Bennett protestó que ella no creaba vida, personajes memorables; Woolf contestó en su famoso y enfadado discurso, ' Mr. Bennett and Mrs. Brown ', leído en Cambridge en 1924 y publicado en la colección de ensayos ' The Captain's Death Bed '.Aquí, se especulaba cómo los escritores eduardinos (Bennett,H. G. Wells y JohnGalsworthy) podrían describir a una hipotética Mrs. Brown. Ninguno de ellos, pensaba Woolf, podría llegar más allá de lo externo y capturar la opinión que Mrs. Brown tenía de sí misma. Esta, sería la misión de Forster, Joyce, D. H. Lawrence y la propia Woolf.

En junio de 1924, Comenzó la novela:' Mrs. Dalloway ', la cual acabó un año más tarde. Con una narrativa ' radial ' y no ' lineal ' (tal y como describe) se deriva muchas direcciones para explorar las fuentes de la personalidad de Clarissa Dalloway. La exploración está confinada a los sucesos de un día de su vida, cuando ella se prepara para la fiesta de esa noche. Las horas están marcadas por los golpes del Big Ben: ' los círculos sombríos ' que ' disuelven el aire '.

Alrededor de marzo de 1926, Woolf estaba trabajando en ' The Lighthouse '. Su escritura le resultó más sencilla que la de las otras novelas. Ella le comentó a su amigo Roger Fry: ' No quiero decir nada con eso. Una vez tienes dibujada la línea central por la mitad del libro, se obtiene el diseño a la vez. Vi que todas las clases de sentimientos se acumularían, pero rechacé pensar sobre ellos... No puedo controlar el Simbolismo excepto de una manera generalizada y vagamente' .La novela, ' hecha de tragedias y pasiones de su juventud ' ( Quentin Bell ) es una mezcla de patetismo y absurdo, justo bordeando la sátira en alguno de los invitados de Ramsays.

Clive Bell dió una cena en 1922 en la cual él presentó Vita Sackville-West a Virginia Woolf. Su amistad creció hasta tal punto que entre 1925 y 1929 hubo una relación amorosa entre ellas. Las cartas de Virginia a Vita están incluídas en el tercer volumen de una edición completa de las cartas de Woolf. Otro tipo de ' cartas de amor ', como el hijo de Vita - Nigel Nicolson - dice, es ' Orlando ', el jeu d'esprit ( en parte enmascarada, en parte festiva )escrita y dedicada a su amiga. Es, como Nicolson describe, ' una novela experimental conducida por su personaje principal a través de los siglos y las identidades '; Vita, al igual que Orlando, toma parte en la historia de la familia Sackville ( una cortesana isabelina al principio y un hombre joven y moderno al final ). A otro nivel, el libro es, ciertamente, parodia de las biografías convencionales. En ningún momento, fue un éxito commercial. Aceptada como una novela ' para intelectuales ' que fue, de hecho, divertida y fácil de leer. La obra de ficción que le siguió fue muy diferente. Durante un tiempo, Woolf se sintió estancada con la escritura de un libro llamado ' The Months ', finalmente titulado ' The Waves '. Fue su obra más difícil y, en la opinión de Leonard Woolf, la mejor.Compuesta por solilógnios de seis amigos quienes revelan sus vidas a través de los años. The Times Literary Supplement lo consideró una experiencia técnica admirable, pero con un sentido de vacío Otros críticos han sido más explícitos en sus críticas negativas. Justo antes, Woolf había concluido con el trabajo más asociado a sus opiniones sobre crítica feminista. ' A Room of One's Own ', empezó como lecciones que leía en Newnham y Girton Colleges en Cambridge, en 1928.Como prefacio, cuenta con la historia de cómo, como mujer, ha sido expulsada de las bibliotecas universitarias. Además describe las barreras que han de superar las mujeres escritoras. Concluye que para alcanzar la libertad intelectual se debe tener una fuente económica y una habiación propia. ' Three Guineas ', publicada en la víspera de la II Guerra Mundial, es una categórica protesta más sobre el lugar de las mujeres en la sociedad y la política inglesa contemporánea.

' The Years ', la última novela publicada en vida de Woolf, es la historia de la familia Pargiter, tomada desde 1880 hasta el presente. A pesar que los personajes y la trama son evitadas ( el tiempo en sí mismo es el principal protagonista ), su narración sin dobleces ( principalmente en la forma de los diálogos ) parece ser un retroceso del estilo el cual ella ha estado forjando. Su marido, como siempre su crítico final, estaba en desacuerdo; otra vez, sin embargo, su popular prueba con los lectores. Como boceto original, ' The Pargiters ' alternó narrativa con ensayos didácticos en el predicamento de las mujeres. Estos está ahora disponibles en una edición publicada por el escolar Mitchell A. Leaska, titulada: ' The Pargiters: The Novel- Essay Portion of ' The Years ' '. Dos trabajos bastante diferentes le siguieron. ' Flush ' una " biografía " del spaniel de Elizabeth Barrett Browning (es de hecho una descripción de Wimpole Street e Italia - y de la poeta - desde el punto de vista de su mascota). De acuerdo con David Garnett, ' Flush ' fue : ' el primer animal en convertirse un Victoriano Eminente ' ( New Statesman and Nation ). ' Roger Fry, a life of the critic who introduced Cezanne and modern art to English viewers ', fue asumida por las solicitudes familiares después de la muerte de Fry, en 1934. A pesar de sus dificultades para escribir sobre arte y de las relaciones amorosas de Fry, el trabajo resultó firme, directo, comprensible y , apesar de su larga e íntima amistad, sorprendentemente objetivo ( Herbert Read, Spectator ). Hay documentos donde se puede leer que Vanessa Bell dijo sobre el libro: ' Ahora me lo has devuelto '.

Familia y tiempo son, otra vez más, el centro de la última novela de Woolf, ' Betweenthe Acts ',completada un mes ante de su muerte y que se tendría que haber titulado: ' Pointz Hall'. Aquí, se narra el transcurso de un día de verano, una familia inglesa y sus invitados se reunen en la gran casa esperando las festividades del pueblo . La escena y la ' acción ' se ponen de manifiesto en el curso de los diáologos interiores de los miembros de la familia.

Por 1930, algunos críticos han empezado a desestimar Woolf como irrelevante, demasiado distante de su asuntos contemporáneo, sus responsabilidades con causas sociales izquierdistas / liberales: sufragio de mujeres, the Women's Co.oprative Guild, pacifismo y anti-fascismo. Las críticas feministas han sugerido que el enfado a la dominación masculina está en el corazón de su escritura. Ambos, Virginia y su marido, rechazaron a Companion of Honor en 1935. Ella rechazó muchos premios académicos pero aceptó el premio Femina-Vie Heureuse en 1938. En la dedicatoria de E. M. Forster dada como Rede Lecture en Cambridge en 1941, hablaba de la singularidad de su propósito estético Woolf y de la alegría en su trabajo.

La mayor colección de manuscritos de Woolf borradores y correspondencia están ubicados en The Berg Collection en la librería pública de New York. Hay colecciones de sus papeles en Monks House y el British Museum.


En 1941, en marzo concretamente, su estado mental era tan confuso y precario, sufrió una enfermedad mental hoy conocida como Trastorno Bipolar de la Personalidad (un trastorno depresivo de larga evolución, en el que los episodios depresivos se ven interferidos por la aparición de otros episodios caracterizados por un estado de ánimo elevado -euforia excesiva-, expansivo -hiperactividad anómala- o irritable), que Leonard decidió que se refugiaran en un pequeño “Cottage” que poseía en Rodmell. Poco después, en un ataque de depresión aguda, y habiendio desaparecido de casa un día antes, el 28 de marzo, en plena depresión, Woolf se tiró al río de Ouse con los bolsillos llenos de piedras, dejando una nota a su marido en la cual le aseguraba que ' te debo toda mi felicidad de mi vida ' y ' no creo que dos personas puedan ser más felices de lo que nosotros hemos sido '. A pesar de los esfuerzos devotos de leonard Woolf, muchos de los trabajos anteriores no publicados de Woolf fueron hechos públicos, tanto colecciones de ensayos como historias y su correspondencia con Lytton Strachey. Después de la muerte de Leonard Woolf en 1969, se han acumulado un gran número de bibliografías de Virginia Woolf . De todas, al menos ' A Writer's Diary ' y ' Quentin Bell's detailed biography ' siguen siendo esenciales. Ahora, hay ediciones completas de sus cartas y diarios. El grupo de Bloomsbury y su relación con ellos, sigue fascinando.


Poco antes, confesó a su amante Sackville-West, que era la única experiencia propia que no podría escribir sobre ella.

FUENTES :www.infokode.com/© eMe/ Espinosa, Fernando V.: «Virginia Wolf, una víctima de su tiempo». En www.ciudadanas.org/ taringa.net

domingo, 14 de febrero de 2010

todo por DIOS preso


LUCIANO GARCÍA JOVEN ESCRITOR ARGENTINO PUBLICA EN EDICIONES EL TRINCHE SU LIBRO.
DESDE QUITO LE ENVIAMOS NUESTRO SALUDOS Y ÉXITOS PARA SU NUEVO TRABAJO LITERARIO.

(“Dios es argentino (garcía)”, el libro del año)

La verdad no tiene remedio y no por ello deja de ser triste. Al menos para muchas almas sin consuelo. En el circuito paupérrimo de la literatura argentina las pasiones tristes estarán en alza. Es que los ciclos cada vez son más acelerados y los bustos se edifican con mayor celeridad y con una correspondiente urgencia se demuelen. Las edades de oro duran suspiros, los hombres, o nombres, áureos, como si fueran hijos no de la espontánea naturaleza sino de la chapuza de un Cagliostro siniestro, a poco truecan en latón cinc chapa, sólo chapa, cartón incluso. Hasta los que han querido hacer del “cartón” una suerte de insignia. Y así acabó la época de los Borges, la de los Lamborghini, la de los Aira, la de los Cucurto, ayer puertas que abrían a lo nuevo y hoy conducen al sótano, donde queda depositada la cultura que ya sólo es cartón, chapa. Se sabe también que desde que Witold Gombrowicz advirtió que los caniyitas eran especímenes literarios mucho mejor dotados que los articulistas de la revista Sur de la señora Ocampo y desde que un muchacho que no distinguía ni por error una v de un b llegó a hacer con sus - plebeyas, desacostumbradas - crónicas de costumbres que un diario multiplicara sus ventas y que una multitud leyera reinterpretaciones criollas de Dostoievsky el escenario de la literatura argentina se volvió indistinguible, inestable, infinito, un tablón al que puede subir cualquiera. Es que la emergencia de X³ en la literatura nacional fue como esos cataclismos sin pronóstico y como ellos se llevó casi todo e igualó a todos convirtiendo a marginados y triunfadores en equivalentes – e irrisorios - sujetos desprevenidos en caída libre hacia el colapso. Irrupción meteórica terminal, epifanía climática liberando las cadenas genéticas de la especie, robo a mano armada del medio ambiente que condena a la automática extinción a los grandes – vetustos - saurios que vivían y opulentos de la vegetación académica y mercantil ya reseca. Cuando este año la incipiente Ediciones “Del Trinche”, pequeña editorial rosarina, publicó el breve “Dios es Argentino (García)” las fichas se movieron de lugar. Y aterrizó de la nada más incognoscible, del suburbio más ignoto donde no llega ningún interurbano cultural, un autor llamado a alterar el orden establecido de manera – no quisiera exagerar – dramática. Cross en la mandíbula pero de un campeón de Kick Boxing, conmoción conciencial no apta para cardíacos, revolución cultural ¡fisiológica!, X³ ya es irrefrenablemente el hecho maldito de la literatura kirchnerista teenager. Pocas veces la historia ha registrado casos de esta naturaleza, la aparición se diría súbita de un autor que no ha necesitado más que una veintena de páginas de un único libro para revocar un orden vigente de jerarquías, provocar en la anquilosada historia de la literatura argentina un brote de la cantidad a la cualidad, un acontecimiento excesivo, cerca de la revolución. ¡“Monstruo de la naturaleza”! como hubo dicho Cervantes de Lope. Y es que a veces el genio necesita gruñir admonitoriamente, levantar apenas una mano amenazante para que un pueblo reconozca la bendición, la bendición de tener entre ellos, a un pastor que los enfila hacia el brete de la grandeza común.“Violaría a la Sarlo si apenas osara escribirle ni siquiera un epígrafe a mi obra”.Antiduhalde, adánico, mesiánico: el arribo a la cultura de X³ es en bolas, carente de cualquier aparato, sólo la inmediata verificación empírica que sus páginas ponen ante el lector de que hace pie sobre la superficie de la pileta honda, de que hace saltar a los lisiados y ver a los Georgies.X³ llega para codear fuera a aquellos que, vindicando todos los valores contrarios al sistema literario dominante y a la clase social que con sus aparatos publicitarios-editoriales contempla sus estrategias, terminaron cerrando todos los pactos, sea con las grandes editoriales que dictaminan el buen gusto de moda en Belgrano, sea con las almas bellas del asqueroso progresismo y sus truculencias cristianas que ven con ojos de ternura el tráfico de las peores pasiones populares, el morbo fascista del día a día de la pobreza sólo si vienen de un eventual sujeto presuntamente adscripto a los últimos estratos socioeconómicos, y a un gueto étnico contrario a la alcurnia que lo legitima. X³ ni siquiera responde a una retórica pregunta por la “calidad”, su literatura simboliza el lenguaje de los excluidos por los excluidos y escenifica valores sociales de los marginados por los marginales, es decir de aquellos dejados afuera por aquellos a los cuales el sistema dejó afuera. Y si este aleatorio sujeto social esfumado entre el polvo de las jaurías careciese de toda aprehensible realidad plural, tanto más justo. El arte textual de magia de X³ hace comulgar – como un Hitler de dedicatoria (a la manera Artaud) el Völkisch y el Kitsch de un modo crucial, funda el género, el Völkitsch, y si no lo funda lo funde lo compacta de una manera única y lo hace acabar consigo. X³ le pide un esfuerzo más al dispositivo nacional de la ternura. Donde era negro pone blanco; donde era rosa, negro. Entra por la puerta de servicio pero desenrollando su alfombra roja, y clama por ocupar el puesto que le sea condigno, y ser por fin, llegado el caso, un último maldito menos. Obvio: que mientras fracase seguirá triunfando.


Luciano García Goebbels

24/1/10 en “Puta Ciudad”

Luciano García (1975)



"Es Doctor en Física mendigo y ocasionalmente limpiador de baños públicos. Ha escrito y editado volúmenes de diversa extracción utilizando el nombre de allegados y familiares lejanos. Declara no haber escrito estos "textos" que aquí se aglomeran. Declara su deseo de firmarlos."

Extraído de su blog:

http://elcuerpoexcepto.blogspot.com/

Sus blogs:

http://lamaquinadecoserparaguas.blogspot.com/

http://nipostumo.blogspot.com/