lunes, 1 de octubre de 2007

VENECIA SE HUNDE EN ESTAS HERIDAS CORPORALES......!!!!!!!!!!!!!

JOHANNA LÓPEZ


EXTRAÍDO DE SU POEMARIO: “CERTEZAS HIBRIDAS”

DESESTRUCTURA
FRAGMENTO



Cambiarte por la madrugada que tenía…
porque después de haberme sacado
de mis nostalgias,
me cobijas entre tus causalidades.

Ayer pude percibirte distinto,
aún entre guiones muertos
calaveras rondan tu espacio fingido
de hormigas con aspectos de girasoles,
en la boca de tu mano al lápiz
la tecla de refuerzo,
para subordinar tus vórtices.

Eras mi amor…, ¿no lo recuerdas…?
20 siglos menos
y tu cabecita como feto,
te permitiría asirte a mi cintura....

PARA LOS CANTOS DEL SOTANO....


FREDDY AYALA

EXTRAÍDO DE SU POEMARIO: “ZARATANA”

LEVEDAD


Tu desamor salió del sótano
para dar piruetas a gran escala
A un tropel de resucitados
encendimos funerarias
las piedras roncaron en el agua

dime cuántas noches meditaste
tu nostalgia de abedul

en tantas madrugadas me evitaste
tratando de enterrarme con tus palas
el tumbado se caía en mis sueños

D´ WOLF A LOS CAMINANTES DE PARIS...!!!!!!!!


JUAN PABLO MOGROVEJO

EXTRAÍDO DE SU LIBRO: “KALEIDOSCOPIO”

UN REY EN SU BICICLETA
(a Alfred Jarry)
FRAGMENTO


“Entre las machas que siempre quedan en las pupilas después de haber estado expuestas directamente a la luz, distinguió una mancha circular que fue tomando corporalidad y la forma de una silueta obesa con aire juguetón que se detenía en frente suyo y oyó –mientras iba aclarándose frente a sus retinas- que le decía: ¿Qué es lo que estás haciendo?, Acaso vas a dejar que un cerrar de ojos y dejar un cuerpo termine con la fuerza de toda tu ciencia? Ambos fuimos a nuestro tiempo reyes, de las colinas y otros imperios y hasta en las celdas.

Me creaste para ser el símbolo de lo que será un teatro de los mejores. Qué importa que hoy estés solo en una sala, si jamás van a olvidar todo lo que has hecho, Soy Ubú, me hiciste rey y por lo tanto grande, y ambos fuimos de lo mejor, ahora somos libres de que nos olviden. La sola palabra –olvido- nos teme, habrán quienes sepan que fuimos teatro, personajes y a la par escritores, así que mejor no te derrumbes porque si no te expones a que te mande torturar con torsiones, arrancadas de esto y lo otro, como solo yo se hacerlo.

Un niño, quien el rey siempre mantuvo dentro, como su esencia, jugaba sobre su columpio, junto al cocodrilo. El niño, comenzó a extender su mano y al cabo de unos segundos se había transformado en el adulto que breves minutos antes yacía en la cama de un hospital, pero ahora era nuevamente el director de un teatro eterno. Las palabras, que le llenaron nuevamente de su ciencia imaginaria, produjeron la paz de saberse irreverente, polémico….genial. El rey, nuevamente sobre su bicicleta, se despidió dejándonos su teatro lleno de su locura, gritándole al mundo: Mierda!.”

DEL CUANTO AL CUENTO PRECISO E INVOLUNTADES

PAÚL MIÑO

EXTRAÍDO DE SU LIBRO:
“CUENTOS INVOLUNTARIOS”

LA NADA ÍNTIMA

La nada íntima se desborda a bocanadas por los pasillos blanqueados a fuerza de tiempo y sementina. Desde sus claros pliegues reverberan, como el sol de medio día en el asfalto, los hologramas rudimentarios de la memoria.

Dinámicas y opacas, las figuras se desvanecen en el éter del ambiente y se vuelven parte de la estructura, duplicando su peso sobre los hombros del vidente.

Levantando la mirada, las paredes se acrecientan y el aroma que gotea por sus caras no se hunde ni al paso de los siglos. Un olor a corcho… un olor corcho que nunca desfallece y se apropia de los meandros excretados por cada conciencia que entre los muros ha transitado.

Y como la sombra detrás de todo lo que está… de todo lo que es, circulan vagamente las voces y sonidos memorables de unos cuantos elfos, insignificantes y tiernos, que se esfuerzan gritando para asegurar sus existencias…

Al final, sólo la Conciencia Máxima de la Insignificancia restaura la nada íntima, que floreciente en cada vórtice de la estructura, se vuelve bruma, se vuelve gasa, velo y visillo, para dejar pasar translúcidos cuerpos fugaces atiborrados de ideas livianas, que permiten mantener en orden la dieta existencial.