sábado, 19 de enero de 2008

FANTASTICOS Y CALLEJEROS

EL CUENTO FANTÁSTICO ECUATORIANO
AUTOR: PAUL MIÑO ARMIJOS

A partir del mes de febrero de 2006 se ha venido llevando a cabo una investigación acerca del cuento fantástico ecuatoriano, con el fin de identificar los diferentes autores que sobre este género han trabajado a lo largo de la historia de nuestro país.

Hasta el momento podemos sostener que se trata de la primera investigación que se realiza en este sentido, ya que no hemos hallado intentos significativos de compilación, clasificación y comprensión para lo que fue y es el cuento fantástico en el Ecuador.

El primer paso consistió en la definición de lo que se entendería de allí en adelante por fantasía o cuento fantástico, sin polemizar en demasía con el concepto de “cuento” pues de tantos trabajos dedicados a esta palabra parece haberse llegado a un consenso en torno a su definición, la cual podría enmarcarse en las siguientes características: narratividad, ficcionalidad, brevedad, unicidad en la recepción, intensidad del efecto, economía del lenguaje, condensación y rigor. O incluso podríamos tomar la idea de un crítico colombiano quien dice: “el cuento es aquella narración que cabe, antes que en una página de papel, en una página de memoria”.

En cambio, el asunto de lo fantástico se encontraba un poco más difuso, de allí que recolectamos varias definiciones de fantasía y cuento fantástico, e intentamos sistematizarlas en un solo criterio de búsqueda. A este respecto, fueron muy importantes los aportes de Aristóteles, Borges, Cortázar, García Márquez y varios estudiosos literarios como Emilio Carilla y Carlos Pacheco; pero al tratarse de un estudio limitado al ámbito ecuatoriano, los criterios y definiciones de autores como Iván Egüez, Abdón Ubidia, Jorge Dávila Vásquez, entre otros, también han tenido una importancia preeminente.

Ahora bien: ¿qué entendemos por cuento fantásticos? Varias cosas. En primer lugar, son los cuentos que involucran objetos imposibles, que aún no existen o que aún no se ha comprobado su existencia; allí tenemos temas como la máquina del tiempo, los platillos voladores, los androides inteligentes, etc. Posteriormente tenemos los cuentos que contienen seres sobrenaturales, mitológicos y extraterrestres; en este punto tenemos las historias de marcianos, animales o humanos extraordinarios, aparecidos y las situaciones extrañas que no necesariamente requieren la mención de un fantasma, como el cuento “Los pasos invisibles” de Vladimiro Rivas Iturralde. Como tercer rasgo diferenciador tenemos lo que Borges llama “fantasía metafísica”, es decir, situaciones cotidianas y verosímiles, pero llevadas a puntos extremos, ya sea por las acciones que realizan los personajes o por las actitudes que estos asumen; como ejemplos de estas actitudes tenemos “De las nuevas arquitecturas” de Abdón Ubidia, donde el último grito en la moda de la vivienda lo pone un arquitecto que construye chozas en los árboles; y también “Taller” de Diego Velasco Andrade, donde se narra una sesión de talleristas literarios que expulsan del grupo a uno de sus miembros: Borges.

Finalmente, y lo más importante, es que todo cuento fantástico pretende convencernos a toda costa de que lo contado en él, es real. Es aquí donde quedan fuera todos los relatos cuyo narrador o personajes cuentan un sueño sabiendo que es un sueño, y también aquellos cuentos metafóricos que suelen llamarse prosas poéticas.

De acuerdo a estos parámetros, la investigación afloró alrededor de 30 cuentos de diferentes autores, donde el más antiguo es un relato del Padre Juan de Velasco acerca de unos gigantes que existieron en el Reino de Quito. Cada uno de estos cuentos posee al menos dos de los 4 elementos mencionados arriba y se diferencian de los cuentos infantiles en dos aspectos: primero, no poseen un afán educativo, didáctico ni moralista, y segundo, llevan tras de sí un mensaje implícito o connotativo pero éste es intencional.
LOS POETAS CALLEJEROS EN ECUADOR
AUTOR: JUAN PABLO MOGROVEJO (D. WOLF)
Aquí no hay, ni habrá como decir algo falso. No se puede ni se podrá buscar fantasmas o seres que tengan más pies u ojos que nosotros o cualquier otro cuco pues ni rabos ni cuernos nos asustan. En esos seres( a no ser que de verdad existan y se hagan presentes en plasma, carne o hueso, y lo que es más, a no ser que de verdad los lleguemos a ver) nunca tendremos la ingenuidad de creer, votar por ellos, o pagarles la coima... .al menos nunca más!

Estas ciudades han madurado, han ido creciendo tanto en el concreto por el que pisamos a diario, como en la mentalidad de quienes pisamos ese concreto. Han sido tiempos de gobiernos con manchas de sangre bajos las uñas, de pizarras negras de balanzas rengas, y más factores que se han ido volviendo polvo de cigarrillos en cada tertulia de gente que ya no aguanta más, en zapatos rotos de gente que ha caminado suficiente para decir hasta aquí dejo de huir y empiezo a hablar. Todas esas baratijas de alambre pintado de oro se han quedado para la justa burla de los artistas. Silos artistas, esos genios locos, que han alcanzado tanta audacia que ahora sabe que si existen esos monstruos desfasados, porque los ponen en sus cuadros y en sus bailes y en sus letras para convertirlos en un producto alquímico (tienen esa mofa porque todos nuestros cucos no han quedado más que para eso y a la vez dan un mensaje a la gente: no hay que volver a verlos) entre gracia y seriedad al mismo tiempo.

No es el mensaje político lo único que ahora es un cero a la izquierda y no quiero enredarme en esa masa, en nuestras hay un sistema que nos hace igual a las demás pero también tenemos una diferencia que nos da ese valor agregado, que nos hará que siempre seamos los de acá y no los de allá, más allá y acuya... en nuestras calles, como en las demás del mundo, la gente habla pero también escucha y ve- nuestra gente habla con los labios y los ojos-. Acá, claro que se hace el amor, y es que no nos íbamos a privar de nada.

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