Un día un joven periodista uruguayo le preguntó a Borges la razón de su amor incondicional a la Banda Oriental y él le comentó que su padre, desde muy pequeño, le había dicho que el lugar de nacimiento de un hombre era no sólo donde éste nacía, sino donde había sido concebido. Borges fue engendrado en el departamento de Paysandú, en Uruguay. "Desde ese punto de vista puedo considerarme oriental", comentó.
(Fuente: Gustavo Laborde. El costado oriental de Borges)
Saliendo de un congreso sobre Torrente Ballester en Vigo, José Saramago compra en la puerta seis libros de su colega español. Fallaron sin embargo todas las tentativas para que las chicas a cargo sumaran los precios de los seis libros Un colega le explicó medio avergonzado: "No tienen la máquina". Saramago se sintió súbitamente genio en matemática, pidió papel y lápiz y les hizo la suma. Las pobres chicas se quedaron aplastadas y confusas. Dice Saramago: "Como si al no tener cerillas, aparece un salvaje frotando dos palitos secos y les enseña el arte de hacer fuego".
(Fuente: José Saramago. Cuadernos de Lanzarote)
(George Gordon Byron, sexto Lord Byron (Londres, 22 de enero de 1788 – Missolonghi, Grecia, 19 de abril de 1824) fue un poeta inglés, considerado uno de los escritores más versátiles e importantes del Romanticismo. Su fama se debe no únicamente a sus escritos sino también a su modo de vida algo extravagante y lleno de escándalos, como por ejemplo sus numerosas amantes, deudas, separaciones, acusaciones de incesto y sodomía. Lady Caroline Lamb dejó escrito sobre él: «Loco, malo, y peligroso de conocer». Se involucró en revoluciones en Italia y en Grecia, en donde murió de malaria en la ciudad de Missolonghi. Su hija Ada Lovelace contribuyó en la invención de la máquina analítica junto con Charles Babbage.)
Este es el epitafio que el poeta Lord Byron escribió para su perro “Botswain": "Aquí reposan los restos de un ser que poseyó la belleza sin la vanidad, la fuerza sin la insolencia, el valor sin la ferocidad. Tenía la grandeza de los grandes hombres y ninguno de sus defectos". Este mismo poeta fue el de la famosa frase: "cuanto más conozco a los hombres más quiero a mi perro".
NOTA: PROXIMAMENTE CONTINUAREMOS CON MÁS....
Datos biograficos y fotografias tomados de http: es.wikipedia.org
Neruda y Josie Bliss, la pantera birmana
ResponderBorrarDurante los años de residencia en Rangún, Neruda tuvo un idilio dramático y conmovedor con una nativa:
"Me adentré tanto en el alma y la vida de esa gente, que me enamoré de una nativa. Se vestía como una inglesa y su nombre de calle era Josie Bliss. Pero en la intimidad de su casa, que pronto compartí, se despojaba de tales prendas y de tal nombre para usar su deslumbrante sarong y su recóndito nombre birmano.
El idilio duró unos meses, hasta que "la dulce Josie Bliss fue reconcentrándose y apasionándose hasta enfermar de celos... A veces, de noche, me despertaba la luz encendida y creía ver una aparición detrás del mosquitero. Era ella, apenas vestida de blanco, blandiendo su largo cuchillo indígena, afilado como una navaja de afeitar, paseándose por horas alrededor de mi cama sin decidirse a matarme. Con eso, me decía, terminarían sus temores. Al día siguiente preparaba curiosos ritos para asegurar mi fidelidad.
"Inesperadamente, mi amor birmano, la torrencial Josie Bliss, se estableció frente a mi casa. Había viajado hasta allí desde su lejano país. Como pensaba que no existía arroz sino en Rangún, llegó con un saco de arroz a cuestas, con nuestros discos favoritos de Paul Robeson y con una larga alfombra enrollada. Desde la puerta de enfrente se dedicó a observar y luego a insultar y agredir a cuanta gente me visitaba, consumida por sus celos devoradores, al mismo tiempo que amenzaba con incendiar mi casa. Recuerdo que atacó con su largo cuchillo a una dulce muchacha inglesa que vino a visitarme.
Nuestra coexistencia era imposible y por fin un día se decidió a partir. Me pidió que la acompañara hasta el barco. Cuando éste estaba por salir y yo debía abandonarlo, se desprendió de sus acompañantes y besándome en un arrebato de dolor y amor me llenó la cara de lágrimas. Como en un rito me besaba los brazos, el traje, y, de pronto, bajó hasta mis zapatos, sin que yo pudiera evitarlo. Cuando se alzó de nuevo, su rostro estaba enharinado con la tiza de mis zapatos blancos. No podía pedirle que desistiera del viaje, que abandonara conmigo el barco que se la llevaba para siempre. La razón me lo impedía, pero mi corazón adquirió allí una cicatriz que no se ha borrado, aquel dolor turbulento, aquellas lágrimas terribles rodando sobre el rostro enharinado, continúan en mi memoria."
Ver Tango del Viudo poema escrito a Jossie Bliss