lunes, 9 de abril de 2007

ENTRINTENTOS

AZAR CONTEXTUAL...
PROSA POETICA
ANDREA SAMANIEGO

Abro los ojos…son las seis de la tarde।

Un niño corre tras su gato, cuando lo atrapa se sienta en la vereda y lo sostiene con fuerza entre sus piernas para colocarle un diminuto saco azul., pero, el felino lo ataca y logra huir…
Dos mujeres abrigadas hasta la sombra van a la tienda por el pan, se detienen para no interrumpir la carrera del niño y el gato, ambas se tapan las orejas con las manos y retoman el paso…
En la esquina una quinceañera aguarda a que las dos mujeres se alejen para encender un cigarrillo. Saca del bolsillo un fósforo, lo raspa contra la pared y oculta el fuego entre las manos evitando que el viento lo extinga. Luego de la primera bocanada abandona el cigarrillo encendido en el piso y busca desesperadamente el fósforo que usó…
En el final de la calle lo veo venir a él, aún no puedo distinguir su rostro, pero el paso de gigante reumático, la vibración de un llanto y la ausencia de sombra me da la certeza.
Bajo los párpados para sentir el cosquilleo de las pestañas en el borde de las mejillas. Descanso mis retinas antes de que se encuentren con su presencia incandescente…

Abro los ojos…son las seis de la tarde.

HISTORIA DE UNA TARDE QUE SE CAYÓ EN LA ORILLA DE UN PUEBLO VACIADO.

Una niña acaricia con la mano vendada la cabeza calva de su hermano menor. Sus trenzas atadas con hilos verdes se derraman en las mejillas del pequeño. Ella lo toma en brazos y se sienta en una silla de madera que ha perdido el espaldar; entona una canción de cuna que suena en cada rincón inexistente del pueblo. Su hermanito duerme, mientras en la ventana del ático, la silueta del ocaso tropieza.



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