domingo, 12 de octubre de 2008

DIEGO VELASCO ANDRADE ESCRIBIÓ ACERCA DE LA.KBZUHELA

Como habíamos comentado, el 8 de mayo del 2008 se hizo el lanzamiento de nuestros libros (la.kbzuhela) en el Centro Cultural Metropolitano de Quito y contamos con la presencia de los prestigiosos escritores Diego Velasco Andrade y Pablo Yépez Maldonado, que hicieron la presentación de nuestros libros.

En esta tercera entrega ponemos el texto leido y escrito por el prestigioso escritor Diego Velasco Andrade. Poeta, arquitecto y catedrático universitario. En los ochenta integró el Taller de Literatura de la Casa de la Cultura Ecuatoriana de Quito que coordinó el novelista Miguel Donoso Pareja; fundador del grupo literario Matapiojo. En 1980 obtuvo el Premio Internacional de Poesía "Universidad de Panamá"; en 1988 el Segundo Premio en el Concurso de Poesía "Ismael Pérez Pazmiño" convocado por Diario El Universo de Guayaquil; Primera Mención en el Concurso Nacional de Poesía "Zaidy Letty Castillo", Guayaquil, 1988. Ha publicado en poesía: Poemas antes de la Guerra, Panamá; La poesía no es un libro de poemas, Derrocamiento del lector; Safari a Ombligo Equinoccial, Gato en el sol; Hundimiento de Mu y relación de otros hechos misteriosos ocurridos en el Reino de los Colibríes, y las compilaciones Alquimias y Cordeles. En narrativa ha publicado: En el Jardín de Freud, ¿El poeta ha muerto? y Tierna Ficción. Actualmente trabaja en varias antologias y proyectos literarios y es Director de los Talleres literarios de la Casa de la Cultura Ecuatoriana.

LA.KBZUHELA AGRADECE A DIEGO VELASCO EL TRABAJO HECHO DURANTE MAS DE 3 TRES AÑOS DE TALLER, POR SU APOYO, Y ENTREGA AL PROCESO LITERARIO DE NUESTRO GRUPO.
PARA ÉL NUESTRO SINCERO Y FRATERNO GRACIAS


LOS KBZUHELA, “LITERATURA FRESCA” EN ECUADOR

Por Diego Velasco Andrade
Quito, 8 de mayo del 2008


Si aceptamos con Ernesto Sábato, que la prosa es lo diurno y que la poesía es la noche, podríamos también afirmar que la narrativa es el atardecer, que la novela una tenaz vigilia y que la poética se alimenta de signos, señales y símbolos escondidos bajo nuestra almohada; y que es también el lenguaje de nuestras tinieblas y abismos personales. No hay entonces mejor escenario para ubicar a estos cinco nuevos escritores que presentamos, que en aquel vasto territorio de sueños y también por qué no, en aquel de las pesadillas localizadas allende el paisaje terrestre, quizás en el lejano y alucinante paisaje de lo celeste.

Y, del mismo modo que las estrellas, que aparentemente separadas unas de otras son también constelaciones en la vía láctea, su opción de escribir a solas y a la vez haber integrado un taller y un grupo literario, -tan lejos y tan cerca de las estrellas solitarias-, su propuesta resulta tremendamente “holística” y a la vez “fractal”; totalidad y fragmento al mismo tiempo, el uno y el grupo como los cinco dedos de una mano abierta y solidaria, pues hacer viajar textos en la bóveda celeste y poner ideas y sensaciones en órbita terrestre: este sueño de los Kbzuhela que nos convoca esta noche, es un desafío para nosotros, sus potenciales lectores, quienes pocos sabemos de los estallidos, de las sinergias y explosiones vitales que dieron lugar a su nacimiento. Cómo ubicar a estos autores en las últimas tendencias de la literatura ecuatoriana, con aires de cosmopolita, oficiosa y solemne; evasora premeditada de la letra comunicante y la crítica social ?.. En nuestro paisaje contemporáneo, cuando nos interpela un tiempo veloz, caótico y virtual, esta opción siempre nueva, progresista y multi-diversa de su utópica editorial Drugos de la Naranja, nos estaba haciendo falta…una literatura por una sola vez, ni densa, ni light, ni demasiado conceptual, ni artificiosa; sí imaginante, si comunicante, sí cotidiana y a veces hasta “surrealista”, si le viene en gana; en suma una literatura variada, diversa, multilateral, en tonos y en registros; pero especialmente no solemne, no altisonante, no carente de sentido del humor y obviamente “anti canónica”, pues diversidad y variedad, son a nuestro juicio, los arquetipos de este nuevo tiempo, para construir las nuevas literaturas de los pueblos y de las culturas del Ecuador. Internándonos ya en los libros, Johanna López con sus Certezas Híbridas, asume su obra desde la arquitectura que es su oficio y desde la sombra maléfica de Cioran que es su fantasma, y nos lanza a la cara dardos, flechas y latigazos de signos y señales que, -en paradoja a su caos aparente-, son construidos con milimétrica y razonada precisión; deconstrucción permanente de la noción convencional del poema y construcción novedosa del poema prosa, del poema tipograma, del poema monólogo, del poema diálogo, del poema música; del poema reto y rompecabezas para “lectonautas” iniciados y profanos. “Acaso, / la sensación de dolor/ que nos hace sentir vivos/ no te ha hecho morir/ para nacer de nuevo, / para brotar en amalgama perfecta/ en disolución de materia?”, disiente Johanna en un poema, mientras en otro acota: “fingiéndome proletaria/ entre las desigualdades de mis iguales/ consigo detenerme en tu cuerpo/ para sentirme viva en la tristeza de esa/ soledad comprada por los años,/ menos inocente,/ menos fulana,/ en la patria de mis espejos/ en los óbices de mis dedos”…Sí, porque sus certezas son más bien incertidumbres, están hechas de un frágil “mundo construido tan impalpable como cualquier sentimiento que se vomita en palabras”, y nos muestra que la poesía sirve para esculpir sueños y también para maldecir, pero igualmente para ironizar con rabia y con ternura, sobre la útil e inútil existencia del ser y del amar. Freddy Ayala Plazarte, -el neo-vanguardista del grupo-, nos transporta sin quererlo a valorar el lenguaje de la primera vanguardia histórica en Ecuador; a subirnos a la motocicleta siempre joven del gran manabita Hugo Mayo y a sus metálicos Zaguanes de Aluminio; porque este joven poeta, maquina complicadas pirotecnias verbales, que deben ser descifradas sintagma por sintagma; en una suerte de escalera de sensaciones, colores y elaboradas sinestesias; donde sonidos, olores y sabores se entremezclan en un alambique que secreta un lenguaje exuberante, de gran riqueza rítmica y polisemia. “Como las palomas recogen de los tejados/ la memoria de los pueblos/ el estiércol levanta ira/ y las canas de los ancianos se escapan en tardes de letargo/ de ansiosa espera a sus últimos segundos / antes de pronunciar su palabra de mármol”…”El tiempo de los pueblos/ es el disparo que reciben las almas / luego de sepultar su cuerpo / El tiempo de los pueblos huye en los sifones/ pero queda un cieno de pelusas/ de donde extraer un pensamiento”·. Andrea Samaniego, -la más joven del grupo-, experimenta con una prosa poética de profundos significados y resonancias amatorias. Sin embargo, su propuesta no recae en la manida “poesía erótica”, lugar “tan común y corriente”, en la poética contemporánea “escrita por mujeres” en Ecuador. En ella, más bien hay una búsqueda del Eros cotidiano, tierno y violento a la vez, tan real que subyace en cualquier relación de pareja, que se atrae y repele en un amor-odio esquizofrénico, que nos interpela y nos asusta con sus crueles paradojas...“Mientras el sol prematuro arroja minutos sobre las sábanas, yo vacío las palabras de nuevo en su piel”; pero también su poética aborda lo mágico-cotidiano y nos revela sin reservas su método y su objeto humanistas: “siempre me entretengo con el caminar de la gente que no sospecha que la observo”…y recorriendo sus mandalas poéticos, podemos descubrir tiernos y crueles paisajes humanos “Cuánta vida escondida en tu nombre ! Alicia, niña triste ladrona de acordeones, sé que estás escondida tras espejos rotos. Tu sangre es plastilina multicolor en los cristales”… Nos decía el maestro del cuento Jorge Luis Borges acerca del relato que "Desvarío laborioso y empobrecedor es el de componer vastos libros; el de explayar en quinientas páginas una idea cuya perfecta exposición oral cabe en pocos minutos". Esta concepción del cuento como estructura literaria breve, autónoma y singular, parece predominar en los dos nuevos narradores que también presentamos: Paúl Miño y Juan Pablo Mogrovejo, y esto significa que ellos, antes que remitirse a una organización y forma pre-determinada, buscan un carácter singular, intrínseco y original, a sus narraciones. Juan Pablo Mogrovejo, -el funámbulo del grupo-, con su cadencioso y rítmico acento cañari, nos invita a extraviarnos o a salir airosos de sus intrincados laberintos de personajes, situaciones e igualmente caóticas figuras; el patafísico Alfred Jarry o el bohemio Toulouse Lautrec, o la mismísima Virginia Wolf, danzan y “biciclean” en sus páginas, en común acuerdo con sus miedos, angustias y espectros personales, configurando textos “caleidoscópicos” que bien quisieran los inventores de telescopios terrenales. Si el personaje en un cuento está supeditado, a la trama y al acontecer, la trama en la mayoría de sus cuentos es una diversa y variable urdimbre, en ocasiones con finales insólitos. Para ello, el narrador combina la idea inicial, o punto de partida, con otros incidentes sucedidos o “inventados”, en función de una trama básica, que solo constituyen una historia o “aventura del lenguaje”, y que se “deján leer” con el corazón, como quisiera Julio Cortázar. Paul Miño, más bien con un tono realista y descriptivo, expone sucesos verosímiles y cotidianos, a menudo tratados con comicidad o con sorna. Sus relatos en su mayoría de corta extensión, se oponen a la ambición de narrar una situación “trascendente” y antes que interesarse en la construcción de personajes creíbles, se interesan más bien, en la construcción de historias vividas antes que inventadas. Así, el narrador nos propone una serie de “cuentos involuntarios”, de pretendido tono ingenuo y nada literario, pero que significan una crítica irónica y contundente a la literatura angustiosa, solemne, que ciertas visiones dramáticas de la narrativa ecuatoriana a la moda, han pretendido hacernos creer. Aquí en cambio, hay pura burla, ironía y sarcasmo, a las convenciones de nuestra fauna local con poses de académica e intelectual, cuyos nombres en el texto, han sido cambiados, para proteger a sus santos, e inocentes protagonistas. En resumen, la propuesta creativa de estos cinco nuevos escritores, da cuenta del multiverso por el que viaja y “se desplaza” una novísima generación literaria en el País de la Mitad. Es suya una literatura de la realidad intercultural, caótica y diversa de inicios de siglo; con su obra, estos cinco escritores “fractales”, nos demuestran una incesante búsqueda de oficio literario, pero también nos convocan a un intenso encuentro lúdico con otras voces de su “generación” fractal, nacida a partir de los años 80; y quizás y esto es lo más importante, nos anticipan con su trabajo autogestionario y con las otras obras e investigaciones que aún tienen inéditas, la configuración de un gran movimiento de renovación e identidad literaria, y si es del caso, de “demolición” de consabidos y viejos círculos y secretos canones; movimiento que podría ampliarse a expresiones similares de otros jóvenes en la música, la danza, el teatro, la pintura, el cine, el multimedia, demostrando con ello que nuestra Pacha Tierra Sagrada Equinoccial, nunca ha dejado de crear o de soñar e imaginar sus inagotables identidades y que constituye más, muchísimo más, que una despistada “Línea Literaria”.

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